Este es, básicamente, un problema muy antiguo y común. Los hombres, especialmente los más jóvenes, tienden a ser rápidos, fáciles de excitar y fáciles de terminar. Y aquellos que no son rápidos, en su mayoría los mayores, se vuelven incapaces de tener una erección. Desde la antigüedad, la gente se dio cuenta de que no hay interés en la eyaculación precoz o los penes flácidos. Ah, el destino humano. Pero la humanidad encuentra sus soluciones desarrollando formas fáciles de resolver estos problemas.  

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Un anillo, fuertemente adherido a la base del pene, aumenta la dureza de la erección y retrasa la eyaculación. Básicamente, el pene se endurece porque se llena de sangre, si la sangre no puede salir, queda más duro. Pero, al mismo tiempo, el freno en la base del pene también retrasa la eyaculación al adormecer las sensaciones. ¡Una solución buena para todos!

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Tradicionalmente, estos anillos se han fabricado con todo tipo de materiales: hierro, cobre, jade, marfil... hoy en día, además del acero inoxidable, la silicona es un material bastante común.

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Para ser funcional como dispositivo endurecedor/retardador, debe estar apretado. La mayoría de los hombres tienen miedo de eso, al menos al principio. Y hay una razón para ello: demasiado apretado y será casi imposible de quitar (y esto puede provocar necrosis y pérdida de extremidades, ¡cuidado!). Pero la experiencia, la habilidad y el cuidado apropiados evitan la mayor parte del peligro.  

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Debes comenzar a usar anillos más anchos o flexibles. Después de que te acostumbres a ellos y sepas cómo ponerlos y quitarlos fácilmente, puedes optar por unos más ajustados y rígidos. Además, debe tener suficiente lubricante cerca de usted, lo que hace que sea mucho más fácil de quitar en caso de emergencia. Además, siempre cuéntale a tu pareja sobre el anillo y asegúrate de que sepa cómo quitarse. Y nunca, jamás, te duermas con él, podrías despertarte sin pene.

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